"El tiempo que había antes de nacer se ha unido al tiempo infinito

que sobrevino con su muerte y ha formado un solo ser,

sin arribas ni abajos, antes o después."

                                                         

                               -   Tomás González

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Al igual que un reloj que nunca para de girar, la cuarentena se ha convertido en un bucle repetitivo del que no podemos escapar. En este proceso se han desarrollado múltiples emociones y nuevas vivencias para cada uno de nosotros. Nos encontramos con frecuencia en la cruzada por definir cuáles de estas sensaciones nos ayudan a respirar y cuáles nos sofocan al punto del quiebre. El confinamiento me ha llevado a reflexionar y abrirme a sensaciones que no esperaba experimentar. Mi cuarto es el lugar donde he vivido una montaña rusa de emociones durante la cuarentena. Es el espacio donde vivo, estudio, lloro, duermo y pienso. En mi búsqueda por enmarcar esta situación que nos toca a todos, decidí dividir las vivencias y sentimientos en los temas vida, muerte, pero teniendo como eje transversal mi cuarto, que es el lugar donde se cruzan esas experiencias y percepciones. Varias partes de mi habitación, como las cobijas de mi cama, la biblioteca que me acompaña, un closet desordenado o una tina caliente que me espera, son espacios que contienen recuerdos, vivencias, momentos que quise plasmar a través de dibujos. Consideré importante expresar lo vivido en la cuarentena desde las cuatro paredes que me han visto por casi tres meses y que probablemente me verán por muchos más.

 

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